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Milagros de San Charbel de Líbano

  • Foto del escritor: Clau
    Clau
  • 24 jul
  • 3 Min. de lectura
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Fue eremita y asceta


El santo vivió durante 19 años en el Monasterio de San Marón, muy dedicado a la oración, penitencia, trabajo manual y silencio contemplativo. También vivió un ascetismo riguroso y una profunda unión con Dios durante los últimos 23 años de su vida en una ermita.



Milagros por su intercesión


Entre las numerosas curaciones atribuidas al santo libanés, hay que detenerse en dos casos que han sido documentados por los médicos para la causa de su beatificación. El primero es la curación instantánea de la monja Marie Abel Kamari, que estaba en silla de ruedas a causa de una larga enfermedad. La religiosa se curó cuando alargó una mano con el pañuelo para recoger el líquido de la tumba de San Chárbel. Después de su curación, un musulmán, que presenció el hecho, se convirtió al cristianismo.


La segunda curación reconocida fue la del señor Iskander Obeide que en la tumba del santo recuperó la vista. La noticia de las curaciones extraordinarias y de las conversiones de aquellos que se dirigían a la tumba del santo Chárbel, traspasó las fronteras del Líbano y cada vez mas gente venia en peregrinación para conocer su vida y para pedir su intercesion. Una chica, llamada Hosn Mohain había nacido con una pierna 5 o 6 centímetros más corta que la otra, y esta imperfección le hacia cojear vistosamente. Un día se dirigió a Annaya y regresó llevando a casa agua bendecida y tierra que había recogido en la tumba del Santo y con esta mezela comenzó a masajear la pierña defectuosa. Los familiares que, durante varios días no habían visto ninguna señal de curación trataban de disuadirla, pero la chica empujada por una fe inquebrantable, continuó hasta que la pierna defectuosa alcanzó la misma largura de lo otra, lo cual le permitió caminar normalmente. Las personas representativas del pueblo, drusos, que la conocían personalmente extendieron en 1950 declaraciones juradas que atestiguaban el hecho prodigioso.


La Señora Nohad


Nohad el Shami, madre de 12 hijos, estaba parcialmente paralizada.

Ha suplicado a San Chárbel que le ayudase.

La noche del 22 de enero de 1993 soñó que San Marón y San Chárbel habían venido a visitarla. San Chárbel le dijo: "He venido a operarte!" La mujer sintió un fuerte dolor en el cuello bajo, los dedos de San Charbel mientras la operaba.

Siempre durante el sueño San Marón le ha ordenado que bebiese agua y se se sentase.

Al día siguiente Nohad tenía en el cuello en la parte derecha e izquierda dos cicatrices de 12 cm.

Su mano y su pierna ya no estaban paralizadas. Desde ese día, cada 22 del mes durante la Santa Misa se abren las heridas del cuello de Nohad El Shami.

Aún hay más, el cuadro de San Chárbel, en la casa de Nohad, suelta aceite bendito que, a su vez ha ayudado a muchas otras personas a curarse.

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Hace pocos años..


Una mujer italiana residente en Australia padecía cáncer. No se esperaba que sobreviviera. Fue con su hijo a rezar ante la tumba de San Chárbel, pero la iglesia estaba cerrada ese día.


Estaba a punto de irse cuando un sacerdote maronita se acercó y le preguntó si necesitaba algo. La mujer explicó que tenía cáncer y que había ido a rezar ante la tumba de San Chárbel, pero el monasterio estaba cerrado.


Añadió que quería recibir la bendición de uno de los sacerdotes. Su padre le dijo que la bendeciría. Le pidió a su hijo que fotografiara la bendición. Más tarde, mientras miraba las fotos con su amigo libanés, ¡se dieron cuenta de que el sacerdote era San Chárbel!


Preguntaron en el monasterio y les informaron que nadie que viviera allí se parecía a él. Regresó an Australia y las pruebas mostraron que su cáncer había desaparecido.


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Oración para obtener gracias


Dios infinitamente glorificado por tus santos, tú que inspiraste a San Chárbel a seguir la vida ermitaña de la perfección, Te damos gracias porque has hecho resplandecer el poder de Tu gracia, que ha dado a San Chárbel, la fuerza de distanciarse completamente del mundo para hacer triunfar el heroísmo de las virtudes monásticas: la Pobreza, la Obediencia y la Castidad.

Te suplicamos que nos concedas a nosotros tales gracias, amarte y servirte a ejemplo suyo. Dios que has mostrado la potente intercesión de San Chárbel con numerosas gracias y verdaderos milagros, concédeme a mí también la gracia (petición) que te pedimos por su intercesión delante de Ti ... Amén.


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