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DIEZ RAZONES PARA IR A TIERRA SANTA

Actualizado: 24 jul 2020

Durante mis viajes Santos he podido regresar a la Tierra Santa varias veces, gracias a Dios que es tan bueno.. pero nunca como ¡la primera vez!. Una vez leí este decálogo que me encantó porque describe exactamente lo que pienso.

Es que un viaje a Tierra Santa no es un viaje de turismo o de descanso, no es un viaje raro, es un viaje con arena del desierto, con botas y mochilas, sol extenuante, largas colas para entrar al Santo Sepulcro, un mercado donde está la Vía Sacra y por eso hay que madrugar, para entrar un poco en el espíritu del amor del que dio la vida por sus peregrinos, es poner la frente al piso del Lithóstrotos... y encontrarte contigo mismo, con tu fe.


Estas 10 razones las escribió el padre Pedro Ignacio Fraile Yécora (Zaragoza, 1960) es licenciado en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma (1991) y doctorado en Teología (especialidad en Teología Bíblica) en la Universidad Pontificia de Salamanca (2006), con una tesis sobre la Regla de la Comunidad de Qumrán.

1) Tierra Santa se conoce como el «quinto evangelio»: paisajes y paisanajes, escenarios, contextos... Cuando se vuelve, se lee el evangelio de otra forma.


2) Tierra Santa nos «refresca» el evangelio, muchas veces conocido, pero con frecuencia olvidado o «aparcado»: bienaventuranzas, parábolas, evangelio en estado puro…


3) Tierra Santa nos deja el regustillo de saber más del Antiguo Testamento, casi desconocido por el mundo católico en el que nos movemos: Abraham, Jacob, Moisés, David… Todo nos suena, ¡pero qué poco sabemos!


4) Tierra Santa nos «mueve» por dentro aunque no queramos: sentimientos religiosos ahogados, recuerdos de nuestra infancia y juventud, opciones personales, nombres de personas queridas que nos vienen aunque lo queramos reprimir…


5) Tierra Santa  aclara muchas ideas sobre el origen y la identidad del cristianismo: el evangelio de Jesús no es un libro de autoayuda fuera del espacio y del tiempo; el cristianismo tiene una «matriz» cultural y religiosa semítica evidente. Negarlo es una necedad…

6) Tierra Santa nos habla de Jesús y nos habla de la Iglesia, en continuidad, no en ruptura: Nazaret, Lago de Tiberíades, Jerusalén, Cenáculo, la misión…


7) Tierra Santa es un hervidero del hecho religioso monoteísta: judíos, cristianos y musulmanes ¿qué nos une y qué nos separa? ¿El monoteísmo está muerto o tiene futuro? ¿Los monoteísmos son necesariamente exclusivistas y fanáticos? ¿Los monoteísmos son necesariamente violentos?


8) Tierra Santa es «centro» de la historia antigua, medieval y actual: Constantino, cruzadas, Estado de Israel… No se puede leer la historia de Occidente si arrancamos las páginas de lo que pasó en estos lugares 


9)  Tierra Santa nos retuerce por dentro a los «católicos latinos»: ¿por qué los ortodoxos están en Belén y en el Santo Sepulcro? ¿Qué hacen aquí los coptos, armenios, sirios? Nos damos cuenta de que tenemos mucho que aprender en cultura y en respeto


10) En Tierra Santa se llora. En casi todos los viajes, alguna persona me ha reconocido que, en algún momento, se ha apartado del grupo y se ha echado a llorar, sin que le vieran. ¡Ánimo! ¡Vamos a Tierra Santa!.



me llamó por mi nombre y le sonreí....
Una tarde orando en el mar de Galilea, me llamó por mi nombre y le sonreí...

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